Sinopsis de Sabía leer el cielo
Sabemos los platos en los que comeremos, los vasos en los que beberemos y los cuadros a los que miraremos en las paredes. Sabemos qué vista habrá a través de la ventana del dormitorio en una mañana despejada. Sabemos qué aspecto tendrá el espino blanco en mayo y las bayas de serbal en septiembre. Conocemos el olor y la luz y la caricia del aire. Cuando era joven no tenía ni futuro ni pasado. Después trabajé. Pavimenté carreteras, rompí cemento, excavé bajo viviendas y retiré barro. Conté paladas, conté patatas y conté ladrillos. Fue el tiempo en el que tuve un pasado. Era pesado como los bloques que lastran una barca. Sin pasado me habría hundido. Creía que tenía futuro también, pero no podía verlo. Estaba en las cosas que levantaba y acarreaba y en lo que me daban por hacerlo. Era un futuro que parpadeaba y se oscurecía cuando intentaba mirarlo.